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Hola ¿cómo estás? Por aquí Marcelo nuevamente.

Hoy recordé un cuento que escuché alguna vez y decidí escribirte para hacerte una analogía con algo que veo en algunas personas.


Mira, un error que encuentro en aquellos que quieren emprender es que justamente no tienen tiempo para emprender. Como ya he dicho emprender no es un hobby, es un trabajo. Diferente pero trabajo al fin.


Me explico, cuando vamos a emprender tenemos que tener en cuenta al menos dos cosas (y estoy resumiendo mucho la ecuación para llegar al punto ok?


1) qué es lo que queremos hacer y

2) encontrar el tiempo para hacerlo. Parece una bobada, pero en realidad muchos tienen una idea en la cabeza, que puede ser viable o no, pero que posiblemente nunca llegue a ver la luz.


Porque no se hacen un espacio para llevarla adelante. Y esto es muy triste, porque sus trabajos tradicionales los mantiene tan ocupados que dejan de lado aquello que siempre quisieron hacer.


En el mail pasado te mostré los resultados que se pueden obtener con los negocios online. Te mostré mis resultados en video. Y aunque son muy buenos es muy probable que tu puedas superarlos si te lo propones.


Así mismo, muchos van a dejarlo pasar, porque tienen trabajo duro esta semana en la oficina. Y eso es lo triste. Muchas personas se conformarán con quejarse por el resto de sus vidas en lugar de buscar conseguir sus sueños.

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Hay que aprender de los que ya pasaron por ahí


Hay dos frases de John Rockefeller que tienen relación con esto:


1.?no tengas miedo de renunciar a lo bueno para conseguir lo grandioso?. Bueno, eso suponiendo que estás trabajando en algo ?bueno? en este momento?


La otra frase que me gusta es esta:

2. ?el que trabaja todo el día, no tiene tiempo para ganar dinero?


La Fábula

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Lo sé, en este punto es donde todos dicen: ?pero Marcelo, el dinero no lo es todo?, o ?el dinero no es lo más importante?. Sinceramente no quiero entrar en este juego.


Para mí sí es importante y no tengo miedo de decirlo, porque te da opciones y libertad entre otras cosas. En fin, no voy a decir nada más con respecto a eso.

 

Pero quería compartirte una fábula que explica un poco todo esto. La escuché hace mucho y me parece que describe tal cual lo que estoy mencionando.


La historia cuenta que en Canadá se celebraba todos los años el campeonato mundial de leñadores. Allí participaban los mejores en esa disciplina.


En aquella oportunidad se destacaban dos leñadores, uno Canadiense y otro Noruego. Realmente eran la atracción de todos los allí presentes por sus grandes habilidades con el hacha. A tal punto, que pronto se vieron entre los finalistas de aquel torneo.


La prueba final consistía en que cada leñador debía talar la mitad de un bosque entre las las 8 de la mañana y las 4 de la tarde. Quien talara la mayor cantidad de árboles sería el vencedor.


Ambos comenzaron con buen ritmo y todo indicaba que la competencia estaba muy pareja.



Pero faltando 10 minutos para las 9 de la mañana algo cambió. El Canadienese escuchó que el Noruego había dejado de talar, por lo que se entusiasmó en continuar con su labor para ampliar la ventaja. A las 9 de la mañana el Noruego comenzó a talar otra vez.


Para sorpresa del canadiense sucedió lo mismo faltando 10 minutos para llegar a las 10. Y esto lo volvió a entusiasmar. Pensaba: ?cada vez que él se detenga yo seguiré avanzando y mantendré el ritmo?.


Esto mismo pasó cada hora. Faltando 10 minutos el Noruego se detenía y comenzaba de forma puntual nuevamente.

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El leñador Canadiense se sentía vencedor. Todo indicaba que él había hecho un mejor trabajo ya que siempre se mantuvo activo con su hacha.


Pero el resultado no fue el esperado. Los jueces establecieron que el ganador había sido el Noruego. Efectivamente, el Noruego al finalizar la competencia había talado más árboles que el Canadiense.


Este no podía creer cómo había ocurrido. Cuando le preguntó cómo lo había logrado, el Noruego le respondió: ?cada vez que me detuve, lo único que hice fue afilar mi hacha?.

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La moraleja es que no siempre hay que trabajar más duro, sino de forma más inteligente. Y que detenerse para pensar qué es lo que estamos haciendo y sobre todo donde nos lleva todo eso, es lo que realmente nos hará salir de donde nos encontramos. Bueno, espero que te haya gustado.

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